El olfato es un canal directo hacia nuestras emociones. Un aroma puede calmar, activar o reconfortar sin que tengamos que decir una sola palabra. Y en casa, especialmente con niños, puede convertirse en una herramienta poderosa para crear ambientes de calma, contención o enfoque. Así que papis, súper atentos.
Aquí te compartimos 3 formas simples de incorporar tu home spray en la rutina familiar, creando espacios que inviten a respirar y conectar:
1. Un rocío para empezar el día
Antes de que inicien las clases o el trabajo, rocía una pequeña cantidad de home spray en un rincón especial del hogar (como la entrada o una mesa común). Invita a tu hijo a olerlo contigo. Pueden tomar una respiración profunda juntos. Es una forma sutil de empezar el día con intención y conexión.
2. Aroma de transición después de una actividad intensa
Después de jugar, llegar del colegio o ver pantallas, aplicar home spray en la sala o dormitorio puede marcar el inicio de un momento más tranquilo: lectura, cena o descanso. El olor ayuda a hacer un “cambio de energía” sin necesidad de regaños ni correcciones.
3. Ritual aromático antes de dormir
Incluye el home spray como parte de la rutina nocturna: después del cuento, antes del abrazo final, una breve rociada sobre la almohada o en el ambiente. El aroma crea una señal olfativa que prepara el cuerpo para relajarse y descansar.
🌿 Estos rituales no buscan controlar, sino acompañar. Y al repetirlos día a día, tu hijo no solo recordará el olor, sino también la sensación de calma que compartieron.
El aroma también educa. Y el cuidado emocional empieza en casa, con los sentidos abiertos.